Avance de propuesta de intervención arqueológica. Programa de Actuación del Patronato de la
Alhambra para 2003, apdo. 5.1.9. “Estudio y Proyecto. Exploración en el Carmen de Peñapartida"
La finca popularmente conocida como Carmen de los Catalanes se encuentra
situada en el sector suroeste del Conjunto Monumental de la Alhambra, en el lugar denominado Peñapartida. Con una superficie de 19280 metros cuadrados, se distribuye en una semiplanicie que ocupa unos 325 m de longitud máxima por unos 70 m de anchura. A Norte limita con el Bosque de Gomérez, uno de cuyos viales le sirve de perímetro; al Sur la perfila el callejón Niño del Rollo, que enlaza la explanada de Peñapartida, al Este, con Torres Bermejas y las estribaciones del Mauror, al extremo occidental. Toda la propiedad se encuentra delimitada perimetralmente por una cerca muy heterogénea de materiales, e irregular acabado, encontrándose en general en un estado de conservación deficiente, con grandes pérdidas de superficie que hacen permeable su acceso.
El Carmen presenta en su sector oriental, más elevado, la zona más densa de vegetación, fundamentalmente especies arbóreas de porte medio y grande, coincidentes en general con las del vecino Bosque de Gomérez con el que forma una clara continuidad; igualmente aquí se produce la entrada de agua a la finca, en cuya cota más elevada se encuentra una gran alberca para su almacenamiento y distribución, a la que se dotó de algunos elementos constructivos y estéticos de cierto interés. En la zona media de la finca, en contacto con la delimitación meridional y, por tanto, con orientación a mediodía, se encuentra la estructura residencial, edificación relativamente moderna, con elementos de escaso interés material; únicamente en zona noble, ciertos suelos de baldosa industrial, probablemente del último tercio del siglo XIX, componen una imagen de alhambrismo orientalista de cierto valor estético. Ante la casa, desde el tradicional cenador granadino, se desarrolla el bello jardín romántico, dotado de pérgola para trepadoras y los característicos miradores, en diferentes alturas y orientaciones, en buen estado hídrico, pero con cierto abandono formal. El sector occidental presenta diversas alteraciones del terreno, probablemente para su explotación como huerta, en el que han quedado algunos árboles frutales y un gran vaciado rectangular con mallazo para la construcción de un gran vaso, objeto de paralización cautelar por la administración a finales de la década de los 80 del pasado siglo; finalmente, en el extremo occidental de la finca se observan las embocaduras de al menos una docena de oquedades en el subsuelo distribuidas de manera irregular, presentando alguna de ellas desplome parcial.
La finca posee unos indudables valores patrimoniales que podríamos simplificar en tres
aspectos: en primer lugar, su alcance territorial y paisajístico, plenamente integrado en el entorno
de la Alhambra, con el que no se aprecia una separación formal y del que, entre otros, deriva una
eventual fuente de información histórica sobre la relación entre el Monumento y su territorio. En
segundo lugar, la finca se constituye en uno de los escasos ejemplares de integración agua-
vegetación del tradicional carmen decimonónico granadino, en su doble vertiente de explotación
minifundista y familiar y de composición de jardinería con valores funcionales y estéticos. En
tercer lugar, objeto del presente escrito, la finca presenta una potencialidad de información
arqueológica de gran importancia. Para su valoración a efectos de una investigación que se
desarrolle desde un punto de vista arqueológico se presentan cuatro líneas teóricas de trabajo:
- Identificación.
La finca popularmente conocida como Carmen de los Catalanes se encuentra
situada en el sector suroeste del Conjunto Monumental de la Alhambra, en el lugar denominado Peñapartida. Con una superficie de 19280 metros cuadrados, se distribuye en una semiplanicie que ocupa unos 325 m de longitud máxima por unos 70 m de anchura. A Norte limita con el Bosque de Gomérez, uno de cuyos viales le sirve de perímetro; al Sur la perfila el callejón Niño del Rollo, que enlaza la explanada de Peñapartida, al Este, con Torres Bermejas y las estribaciones del Mauror, al extremo occidental. Toda la propiedad se encuentra delimitada perimetralmente por una cerca muy heterogénea de materiales, e irregular acabado, encontrándose en general en un estado de conservación deficiente, con grandes pérdidas de superficie que hacen permeable su acceso.
- Diagnosis de su estado.
El Carmen presenta en su sector oriental, más elevado, la zona más densa de vegetación, fundamentalmente especies arbóreas de porte medio y grande, coincidentes en general con las del vecino Bosque de Gomérez con el que forma una clara continuidad; igualmente aquí se produce la entrada de agua a la finca, en cuya cota más elevada se encuentra una gran alberca para su almacenamiento y distribución, a la que se dotó de algunos elementos constructivos y estéticos de cierto interés. En la zona media de la finca, en contacto con la delimitación meridional y, por tanto, con orientación a mediodía, se encuentra la estructura residencial, edificación relativamente moderna, con elementos de escaso interés material; únicamente en zona noble, ciertos suelos de baldosa industrial, probablemente del último tercio del siglo XIX, componen una imagen de alhambrismo orientalista de cierto valor estético. Ante la casa, desde el tradicional cenador granadino, se desarrolla el bello jardín romántico, dotado de pérgola para trepadoras y los característicos miradores, en diferentes alturas y orientaciones, en buen estado hídrico, pero con cierto abandono formal. El sector occidental presenta diversas alteraciones del terreno, probablemente para su explotación como huerta, en el que han quedado algunos árboles frutales y un gran vaciado rectangular con mallazo para la construcción de un gran vaso, objeto de paralización cautelar por la administración a finales de la década de los 80 del pasado siglo; finalmente, en el extremo occidental de la finca se observan las embocaduras de al menos una docena de oquedades en el subsuelo distribuidas de manera irregular, presentando alguna de ellas desplome parcial.
- Propuesta de actuación. Aspectos teóricos.
a) Estructuras fortificadas y elementos murarios asociados. Ya en el plano de los
arquitectos y académicos Hermosilla, Villanueva y Arnal, incluido en la obra “Antigüedades Árabes
de España” editada en 1804, figuran casi en el centro de la finca dos torreones de cierto porte,
asimilables aparentemente a las torres de protección del perímetro murado de la Alhambra. Estos
elementos parecen dividir la finca perpendicularmente en dos, de Norte a Sur, partiendo del
septentrional un aparente lienzo en dirección a la fortaleza nazarí; en estas estructuras reparó D.
Manuel Gómez Moreno, incorporándolas a su famoso plano de 1892 que ha servido de guía a
numerosos trabajos de investigación sobre la Alhambra. En una simple inspección ocular hemos
podido comprobar la presencia de un importante resto emergente de fábrica de tapial, en el que
se distinguen algunos mechinales, coincidente con el referido torreón septentrional, lo que hace
presumir la permanencia de elementos soterrados relacionados. Igualmente, en el sector
meridional correspondiente, incluido en los mencionados testimonios gráficos, se ha detectado la
presencia de elementos arquitectónicos vinculables con el torreón meridional, integrados en la actual casa noble del Carmen. Esta aparente estructura fortificada podría tener relación con el denominado Corral de Cautivos por las crónicas cristianas tras la conquista de la ciudad. De su
análisis arqueológico se podrá además comprobar si se trata de una estructura muraria exenta o
si pertenece a una organización defensiva superior, en relación o no a las Torres Bermejas y/o a
la propia Alhambra.
b) Silos y/o mazmorras. Como ya se ha indicado, en el sector occidental del Carmen se observan diseminados por la superficie, aparentemente de manera irregular, una docena de oquedades, probables aberturas para silos o mazmorras subterráneas. Diversos testimonios históricos y gráficos coinciden en presentar la zona como lugar utilizado para cautiverio de prisioneros, al menos en época tardo nazarí, así como lugar de preservación y almacenamiento de diversos productos. Aparentemente algunos de estos elementos han venido siendo utilizados recientemente como escombreras de materiales de diversa procedencia, así como para residuos de poda y mantenimiento de la finca. De otro lado, es probable la existencia de otros silos no detectados a simple vista, cuya recuperación arqueológica puede ser de gran interés científico. Igualmente es susceptible de investigación, a través de los posibles restos materiales, la eventual relación estructural de los silos con los torreones antes reseñados, así como con las Torres Bermejas.
c) Dispositivos y conducciones hidráulicas. El Carmen de los Catalanes ha dispuesto tradicionalmente de una estructura hidráulica favorable, como lo demuestra, en general, el estado en que se encuentran sus componentes vegetales, tanto de jardinería como de arboleda. La referida presencia en la parte alta de la finca de una gran alberca hace presumible el mantenimiento desde muy antiguo de un sistema de canalización de aguas procedente de la acequia principal de la Alhambra o de sus derivadas, cuya concreción se hace necesario investigar arqueológicamente, al margen o complementario de otros estudios. Igualmente ocurre con el repartimiento interior del caudal, especialmente significativo por la presencia de ciertos mecanismos singulares y artificios de agua, independientemente de su función estética. Además de la alberca principal, existe otra a mitad de ladera, algo más pequeña, al menos un pozo y otros registros.
d) Relación territorial con el sistema defensivo de la Alhambra. Antes se ha mencionado la importancia global del recinto por la amplitud de valores patrimoniales que atesora. Ya se ha apuntado la interrelación que los diversos elementos arqueológicos pueden presentar. No cabe duda que la presencia de Torres Bermejas, con su directa relación castrense con la Alcazaba de la Alhambra, así como su enlace con la muralla general de Granada, otorga al recinto de Peñapartida un especial potencial estratégico; en su ladera se desarrolló, según refieren las crónicas, la fecunda Garnata al-Yahud, de la que pueden quedar testimonios materiales no conocidos. De la misma forma, existen testimonios de la presencia en las laderas de la vaguada que conforman los promontorios de la Sabika y Ahabul de un importante cementerio musulmán; la
detección de restos antropomórficos en el interior de la finca pueden ser un testimonio importante que es necesario abordar desde un punto de vista arqueológico.
b) Silos y/o mazmorras. Como ya se ha indicado, en el sector occidental del Carmen se observan diseminados por la superficie, aparentemente de manera irregular, una docena de oquedades, probables aberturas para silos o mazmorras subterráneas. Diversos testimonios históricos y gráficos coinciden en presentar la zona como lugar utilizado para cautiverio de prisioneros, al menos en época tardo nazarí, así como lugar de preservación y almacenamiento de diversos productos. Aparentemente algunos de estos elementos han venido siendo utilizados recientemente como escombreras de materiales de diversa procedencia, así como para residuos de poda y mantenimiento de la finca. De otro lado, es probable la existencia de otros silos no detectados a simple vista, cuya recuperación arqueológica puede ser de gran interés científico. Igualmente es susceptible de investigación, a través de los posibles restos materiales, la eventual relación estructural de los silos con los torreones antes reseñados, así como con las Torres Bermejas.
c) Dispositivos y conducciones hidráulicas. El Carmen de los Catalanes ha dispuesto tradicionalmente de una estructura hidráulica favorable, como lo demuestra, en general, el estado en que se encuentran sus componentes vegetales, tanto de jardinería como de arboleda. La referida presencia en la parte alta de la finca de una gran alberca hace presumible el mantenimiento desde muy antiguo de un sistema de canalización de aguas procedente de la acequia principal de la Alhambra o de sus derivadas, cuya concreción se hace necesario investigar arqueológicamente, al margen o complementario de otros estudios. Igualmente ocurre con el repartimiento interior del caudal, especialmente significativo por la presencia de ciertos mecanismos singulares y artificios de agua, independientemente de su función estética. Además de la alberca principal, existe otra a mitad de ladera, algo más pequeña, al menos un pozo y otros registros.
d) Relación territorial con el sistema defensivo de la Alhambra. Antes se ha mencionado la importancia global del recinto por la amplitud de valores patrimoniales que atesora. Ya se ha apuntado la interrelación que los diversos elementos arqueológicos pueden presentar. No cabe duda que la presencia de Torres Bermejas, con su directa relación castrense con la Alcazaba de la Alhambra, así como su enlace con la muralla general de Granada, otorga al recinto de Peñapartida un especial potencial estratégico; en su ladera se desarrolló, según refieren las crónicas, la fecunda Garnata al-Yahud, de la que pueden quedar testimonios materiales no conocidos. De la misma forma, existen testimonios de la presencia en las laderas de la vaguada que conforman los promontorios de la Sabika y Ahabul de un importante cementerio musulmán; la
detección de restos antropomórficos en el interior de la finca pueden ser un testimonio importante que es necesario abordar desde un punto de vista arqueológico.
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